jueves, 31 de julio de 2008

Profesor regaló una lección de vida antes de morir


Por Gisella López Lenci
¿Qué enseñarías a tus alumnos si tuvieras que dar una última lección? No la última clase del semestre o del año, sino la última clase de tu vida, la clase final. Randy Pausch, un profesor universitario especialista en Ciencias de la Computación, no lo pensó mucho y decidió dejar un testimonio imperecedero.Era un enfermo terminal de cáncer de páncreas y los doctores solo le daban entre tres y seis meses de vida, así que decidió despedirse de una forma que no lo olvidaran.El 18 de setiembre del 2007, Pausch reveló su estado de salud dejando atónito al auditorio, compuesto por 400 alumnos y profesores de la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh. Sabiendo que sus palabras llegarían a su familia, sobre todo a sus tres pequeños hijos de 1, 3 y 6 años, evitó el melodrama e inyectó cada una de sus frases de mensajes de amor, esperanza, humor cotidiano y perseverancia.El testimonio de un desahuciado se convirtió en un ejemplo de vida. Los elementos necesarios para convertirlo en una celebridad mediática.Mientras el reloj le restaba tiempo, su conferencia llegó a Internet y pronto se convirtió en uno de los videos más vistos en You Tube: más de seis millones de visitas, sin contar las vistas en la página web de su universidad ni tampoco la presentación que hizo en el programa de Oprah Winfrey.Jeff Zaslow, un reportero de "The Wall Street Journal", le puso el ojo y se entrevistó con él durante 53 horas. Esos diálogos se vieron plasmados en el libro que escribieron juntos llamado "La última lección", una obra que se convirtió rápidamente en un best-seller que ya vendió cinco millones de ejemplares y se tradujo en 32 idiomas.Diez meses después de anunciar su enfermedad, Pausch murió este 25 de julio.SUEÑOS INFANTILESAunque "Time" lo nombró una de las cien personas del año y miles desde todo el mundo le escribieron diciendo que sus palabras habían evitado suicidios, divorcios, peleas y ansiedades innecesarias, a Randy Pausch le interesaban, sobre todo, seis cosas.En su célebre discurso no habló del cáncer sino de sus seis sueños infantiles: estar en gravedad cero, jugar un partido de fútbol americano, firmar un artículo de la enciclopedia "World Book", ser el capitán Kirk (era un fanático de "Viaje a las estrellas"), ganar un peluche y ser un creativo de Disney.Gracias a su inesperada fama, logró concretar algunos. Ahora, tras su muerte, la última lección que dejó al mundo fue, en realidad, un mensaje para que sus hijos no lo olvidaran.Vea el video aquí

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